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30 ago 2022

Liliana Lukin*


III
Como una constelación
que vista desde la tierra supone
brillo y quietud - destello y suspensión
pero hormiguea y gira
acomodando su sonido
a un disimulado frenesí
así: clarísima y autónoma
sin detener nunca
cuerpo ni pensamiento
-el pensamiento del cuerpo-
actuando sobre un espacio
de sombra y luz
para sostener en el vacío
la consistencia
de polvillo
su carne estelar: piedra
en el aire
fuego en el centro
de la piedra
equilibrio para dibujar
a la mirada formas
y mitos a la imaginación
como una constelación
inventa su plenitud
en la armonía así
deviene ella misma su estar
en la órbita de astros y satélites
ni necesaria ni inútil
su belleza no es otra
que la que figura una lente
(a miles de kilómetros) al ojo
deslumbrado:
 una nueva
combinación de cristales
donde lo real -otra vez-
brilla por su ausencia.


VI
Como una lluvia de otoño
que ni refresca
ni aumenta el temporal
pero hace sonidos extraños
sobre las hojas caídas
y desplaza de su centro
de gravedad
el estado de las cosas

temblando de placer
en la tibieza del dolor
y ardiendo al contacto
con la piedra caliente
o helándose de igual
perplejidad

así cayendo en ráfagas
de más o menos intensidad
según la furia
de un viento secreto
y poderoso

creando arroyos de fuga
hacia adentro
y dejando espejos
de agua tranquila
para el trabajo de la infancia.

Como una larga lluvia
persistente
en el surco abierto
por los pasos
deja su hilo que nutre
o que perfora
así ella formaba
de su propia materia
la imagen del llover
lloviendo en los seres
que adoraba
con ternura pertinaz
fugaz y eterna
en la repetición de su dulzura

una llovizna
eso tras la cual brillan
en el aire cristales
o momentos
y todo seca en lo libre
del aire su verdad
pero ha llovido:
                  no hace
ni frío ni calor
aunque un temblor
recorre
el saber que los amantes
guardan del olvido

como una lluvia.



X
Como un paisaje
que en la curva del camino
asoma su plenitud
y esconde al viajero.


XIX
Como agua
tumultuosa o suave
según el cauce
o inclinación
los leves accidentes
del suelo o cielo

como agua
que fluye puliendo
las piedras del fondo
al aire lo hundido
y bien hondo
lo que se deja ver

así ella lavó su rostro
dos veces
en el mismo amante (-él no sabe
lo que espero de
- decía echando
más amante en sus ojos )
y el instante no era
en nada
parecido al instante.

Como agua
que hacia adentro
deja tocar
la grieta que la esconde
y desde la orilla
parece transparentar
así ella dos veces
lavó su rostro
con el mismo amante
(-espero de mí
decía- alguien
que sepa lo que espero )
y el instante
no era en nada
parecido al instante
que ella amaba.

Como agua
turbia o suave
según el cauce
o inclinación

así ella daba
al sediento su sed
y el amante no era
nunca
dos veces el
mismo amante.


XXIV
Como jazmines en agua
que exhalan el perfume
más denso
duplicando ese perfume
en el amarillear
así ella
de la carne de sus pétalos
soltaba
más elixir de noche
que de día
y más denso
cuanto más cansada
su cuerpo sostenía
como jazmines
en el agua
al amarillear.

XXVII
Como una caja
que guarda y resguarda
aunque está expuesta
así ella
lanzada al reto
doble en su apuesta
de mostrar y guardar
hace del dar
su secreto.
Como una caja
tapada pero abierta.


XXXIII
Como una mano
que escribe
tendida en lo blanco
y dibujando
palabras
exhibe su desnudez
atada al nudo
de las frases que labra
así
ella en lo mudo
crece
y al escribir ofrece
como una mano
su desnudo.


* Poemas extraídos de la versión digital del libro "Comparación comparativa". 

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