Soy Pablo Soto y "Párpados sicarios" es el blog en el que dejo registro de mis inquietudes en torno a la literatura, especialmente sobre la poesía. Podrán encontrar en las diferentes pestañas los temas de interés del blog. Allí podrán leer y comentar textos propios y de otros autores. También pueden seguir al blog en Facebook e Instagram como Parpadosicarios. En Facebook: https://www.facebook.com/parpadosicario En Instagram: @arpadosicario En Spotify: Párpados Sicarios Podcast

22 may 2020

Un cuerpo para tanta sombra


Prólogo 

no hay distancia 
sin cuerpo
no hay cuerpo
sin sombra 
sin sombra
no hay memoria. 


































1
ya tuve palabras 
que oficiaron de bordes
que celebraron como
carnavalescas siluetas
estampas confusas 
los días y los espacios

sin tener
siquiera algo
de mundo

parece que la muerte 
y el silencio
dan relieve a las cosas.






























2

el amanecer 
es una duda
en la memoria del mundo

lo cierto es que ahogamos
en la noche sin bordes
lo que hará de nuestros cuerpos la luz 
o la palabra inaugural del día.




































callar   

tú callar 

rasguña el aire

hace supurar
las sombras. 



































4

la pura lascivia de un rostro aún sin mal
titila su audacia en un juego de pestañas y ojos
ensaliva las líneas de los labios los lame

un sorbo de tal ensueño 
sana el salvajismo de ver

en las sombras de la pared 
la noche 

de masticar              
el cuerpo en un gota de sudor

de oír el baile de una lengua 
en el rebote de un caramelo entre los dientes

veo                     
alcanzo a ver un quejido 
que deshace sus curvas como un caramelo
el rostro sigue burlando al infierno

mis manos rasgan la ciudad en la piel y temen
silenciar los ruegos de las heridas urbanas

se escuchan las burbujas de la condena
la sangre se apelotona en los miembros
morimos como suspiros
al borde de la redención.















6

dan miedo las sombras
mirándote

estás desnuda 

nada ha de crecer
fuera de los límites 
de tu respiración

lejanía 
tu palidez de sal

tenés destino
tenés suerte

de chispa
clavándose en la noche

de poema 
quemando el papel 
de las palabras posibles.






















7
hoy tendré párpados sicarios
que estrangularán la imagen de mí 
penetrándote y al final

redundarán en promesas incumplidas
en zonas de aridez. 






































8
pido a la noche
un solo hecho:

trague y deshaga en su estómago
mi hambre  de tu cuerpo
con este cuerpo  indigerible. 






































9
llagas que arden
en las sombras el fuego
libera

el aire tiembla 
como un cuero
secándose

esas chispas
volando a tientas

inscriben
en la noche corporal
el poema apenas  balbuceado.































10
la lluvia clava puntos suspensivos
en todo lo que se deja ver esta mañana

incluso

el habla se inunda de reticencias
la humedad mancha las sombras

he aquí
un hombre que envejece
sus hechos jamás concluidos.

































11
son un glaciar en deshielo
mis manos
un permanente remanso
mis dedos

persigo tu piel 
tu árido cuerpo 
que arrastra
su lengua de arcilla.




































12

de ese cuerpo ríspido
queda en la carne
un lacerante irse
de los alrededores

allí hubo algo              
allí mordió

algo que merece
sangrar memoria. 

































13
acecho  los recuerdos
cerca una escarcha
fractura  la noche

alguien golpea la puerta

por las grietas del invierno
toda la memoria huye.




































14

dios carente de carne
de hambre y de alimento

enardece la llama
donde han de calcinarse
todas las pieles que tengo a mano
en el recuerdo. 




































15
a este odio voraz

de palabras dentadas
masticando las horas

no hay coraje que oponerle

a estos mordiscos
partiendo la carne del tiempo

con la misma alegría impune
del que muerde 

en la sobremesa navideña
una  nuez.





























16
¿la muerte de quien 
renueva la memoria?
recordar o encontrar
sombras en plena noche








































17
cobarde  siempre cobarde
¿cómo habré de despojarme
de las horas a solas
en los días por venir?

¿quién pudiera respirar
sin morir
fuera del aire
donde habita su cuerpo?



































18

tergiversas la memoria
como el charco a la luna

y como el charco desprecias
el abrasador verano 

y anhelas la primera helada
para fijar tus imaginarias sombras
sin cuerpos devenidas en recuerdos.


































19
implacable espejo de arena
que erosiona los límites
de las sombras los reflejos
de  la luz que cae como piedra
sobre los cuerpos

lapidando la distancia.

Que los muertos sepan



1
me acuerdo
de aquella chica
que se había enamorado de un ciego
y quería enseñarle a sacar fotos
la relación no duró mucho
la chica ahora es una ráfaga
embolsa ventanas de hombres
con insomnio
a 100 km por hora
se lleva puesta la memoria
y les pone los nervios de punta
el ciego
ya no tiene
quien le apunte los ojos
o
lo que es lo mismo
quien lo ame
esta ciudad es la foto de un ciego
un manchón fuera de foco y encuadre
que justifica alguna alegría



























2
“guerra tras guerra marchan tus labios”
Los visitantes.

me gustaría pactar
la guerra
con vos
no dar por supuestos
los territorios destinados
al derramamiento de sangre
o al depósito de cuerpos
ni qué armas usar ni cómo
usarlas
acordar la duración de cada combate
y la hora
un herido a punto de morir
según las películas
siempre clava la vista en el horizonte
es bueno prever sus colores
quisiera
que si vamos a emprender
esta matanza para nada absurda
pongamos en juego todo
tu fe en la razón y en la gente
mi pesimismo entrañable
tu risa como respuesta a las tensiones
mi tensión como respuesta a la risa
no olvidemos poner
en el botín de esta guerra
para nada evitable
las noches frenéticas de sexo
aunque sean todas
ni la esperanza de una casa con patio
hagamos
como los personajes de Soriano
y agreguemos en la bolsa
de lo que podemos perder
también nuestros sueño
y el idioma
si vamos a disfrutar esta
para nada amarga guerra
no seamos cobardes
y pongamos en juego
los pasados desprotegidos
de ambos
las vergüenzas
los escalofríos
los abandonos maternales
los autoritarismos paternales
lo fraternal esas migas sobre la mesa
alimento de las cucarachas
incluso
el amor y el terror a los hijos
todo
que entre en el botín de esta
nuestra guerra
si vamos a emprender
esta matanza para nada desquiciada
apostemos todo
que todo pueda ser alcanzado
por esquirlas estruendos
sangre alaridos
que todo pueda sucumbir
sobre la faz de los territorios
nuestros en peligro
menos
lo que de bueno tiene
aquello que nos trajo
hasta aquí



























3
cómo estar si no
con la bandera a media asta
soy un soldado que
adolece de pertenencia
sin insignia ni
enemigos
acá estoy
enterrando mis hechos
jamás concluidos
en un cementerio
con huesos de otros
pensando cómo pagar
los platos rotos
de tanto desarraigo
de tanta displicencia de raíz
que nadie se admire
este trapo con los colores de la rendición
más bien significa ausencia de lugar
exceso de sueños y cierta cobardía
algo se pierde en la noche
el grito deshilachado
de una gaviota
lo recupera
una plegaria
un abandono
las moscas
pegadas al techo
un verano récord
y poco más
sobre eso
y por motivos que vibran
en la memoria
como cuerdas vocales
de aves que arremolinan
el silencio y en la oscuridad
se diluyen hasta callarse
nada
hay para decir
nada
el mar acerca
su pompa de furia
es raro
aún me sorprende
la dureza de la espuma
y no hacer volar las cosas
por la ventana
















4
abajo sobre la planta baja
se escuchan tiros
uno otro luego se superponen
sobre la escarcha de la noche
una puntuación desquiciada
que duró más o menos quince minutos
bastante más duró
la estampida
de los perros
nosotros mujer
como balazos
explotamos
esquirlas nos hicimos
que brillan pero se apagan
y como animales que de pronto
olvidan amo y hogar
desaforados corrimos
en direcciones distintas
por esta ciudad del Sur
y ya no volvimos
somos esquirlas
ladrando el dolor del desprendimiento
sobre una vereda
salpicada de hielo
y sangre






















5
una vez un petardo
le arrancó el ojo derecho a mi padre
está
vomitando en el patio asustado
a oscuras para que no
lo viéramos los chicos
siempre
me pregunté
qué hubiera pasado si
yo
encendía  la mecha
y no él
me imagino desfigurado
en muecas
contorsionadas
una cara
estallada en cicatrices
irreconocible
solo
marcas de una noche trágica
y negligente
¿así me viste
el último tiempo mujer?
























6
cuando la relación con mi mujer
había adoptado la forma
de un cuerpo fumando en la oscuridad
le dije: mujer
no se puede vivir de intenciones
esa
es una forma liviana de caer
en el olvido del otro
pacientes en el mal
impiadosos
los años nos fueron desnudando
como la marea a la playa
nos vimos
en el intento de vivir
pero apagábamos la luz
para hacer el amor
para unir retazos de indiferencia
como si nuestros cuerpos
fueran cubos mágicos
en las manos de un aburrido
¿quién puede
hacer coincidir los colores
sin un poco de luz?
pero
de todo eso
ella entendió
que yo la seguiría amando
para siempre
el amor tiene sus modos
de acomodarse en la oscuridad
y jugar
















7
en el aire que entra por la ventana
huelo el cigarrillo que fumaste
la última vez
no está el humo tampoco
la mano ni el cuerpo
queda un punto de la imaginación
en el que todas esas cosas
y yo
confluimos
pero no vos ni tu materia
ni el sonido de las palabras
que pueblan tu materia
ni la boca material con que fumabas
la material despedida
en qué momento de la nada
apareció este mundo
de sonidos reos
rondándome igual a moscas
en qué preciso instante
los días y las noches
quedaron
atadas al ombligo de tu recuerdo
sentado en los bordes de tu mirada
rejunto con la punta de mis dedos
las miguitas de pan finales
que este mundo deja
para los amantes
en descomposición



















8
una sirena es parida por la noche
no hay demasiadas hipótesis
para asomar por la ventana
la noche ha parido una sirena
y yo quisiera abrazar al hijo
sin que me mire
como a una patrulla
sin pedirle documentos
antecedentes domicilio legal
sin encandilar sus ojos
pero esta noche
no hay rescate ni sobrevivientes
solo una sirena rebotando
sobre la noche esférica
solo el cuerpo de un hombre
que puja las palabras
que escribe que ama
que ha querido ser libre
que se aferra a una memoria
con zonas oscuras
adonde no llega
el orden público
una sirena es parida por la noche
y un hombre extraña a su hijo
y se refugia en versos
como si fueran trincheras
para no sufrir el bombardeo
de los niños ajenos
jugando en el piso de arriba
al ladrón y al policía

















9
por la vereda de enfrente
pasan dos hombres
vadean los remansos de mierda
donde se diluyen de a una
las puertas del futuro
se mueven lento
empujando hacia  atrás
los pasos para adelante
¿quiénes son qué hacen
moviéndose esta noche
en esta ciudad del Sur
sino ir hacia un sitio
en que puedan hacer volar en pedazos
las copas del silencio
del aburrimiento mutuo
del odio al mundo?
dos hombres  adornan sus derrotas
con ropa de fiesta
acaso prueben ser alguien
en algún lugar ajeno
¿los esperan?
en el remolino de aire y pólvora
flotando en esta ciudad del Sur
se entrevera un camino
tal vez encuentren al llegar materia
para modelar esperanzas
agria música reventando parlantes
áspero alcohol para mezclar colores
y un lienzo rudimentario
de piel sudorosa donde lamer
la palabra amor
donde bocetar
con mano débil
horizontes parecidos
a los comerciales de la tele
¿y mañana
cuando vuelvan?










10
hijo
no hay aprendizaje
más concreto que la soledad
en un mundo de compañías
descubrir abruptamente
todos los que sos
los que resuenan
en cada uno de tus gestos
hay que lanzarse hijo
a esa soledad
como aquellos animales
que cruzan la ruta
de un salto sin mirar
después
de hartarse de la hierba que crece en la banquina
y antes
de vaya a saber qué suerte les toque
hay que preferir esa soledad
de vientos pedregosos
de canciones viejas de ramas exiliadas
de miedos tendidos como lienzos
hay que habitar esa soledad
árida consonante
agramatical
de supersticiones
de ojos trepando miradas en la piel de nadie
de patios ausentes de calles rebeldes
de aves monocromáticas que lanzan
gritos al vacío
de geometrías banales
de paredes que quiebran luces
a esa soledad
de formas sin historia
hay que entrar
y una vez allí
plantar el aliento
agitado
que los muertos sepan
cómo es respirar
en ese arrullo de sustantivos
sin verbos






11
Reclusión de la noche
en el hormigón del mundo
los muertos callan
es la hora en que la tierra
cumple con su función
sobre los huesos
el amanecer
me punza los ojos
huérfano
el amanecer
llorisquea en la ventana
busca y no encuentra
aquella
la antigua mujer  que supo
trazar un remanso helado
un mapa mudo
el abecedario de las piedras
el abandono
apareciendo todos los días
como el crepitar de la tierra
a la salida del lucero


























12
cuando el “Tuerto” murió
mi padre no fue al velorio
se voló la cabeza con una 45
“el Tuerto” mi padre
no fue al velorio
una noche durante la cena
golpearon la puerta
me padre se paró y abrió
no había nadie
así
una vez más
y otra más
y otra
y otra
entonces mi padre salió afuera
cerro tras de sí la puerta
“déjate de hinchar las pelotas
que están los nenes, Tuerto,
mañana voy al cementerio”
un instante fue
nosotros
adentro
él allá
mano a mano
con el muerto
luego entró
y seguimos cenando
Sin interrupciones
no se bien
quien era ese Tuerto
compañero de trabajo de mi padre
creo
nunca le vi  la cara
y si bien alguna vez le temí
a mi padre no al Tuerto
alcancé sin embargo
a despreciar
la brutalidad
con la que me enseñó
entre muchas otras cosas
que tal vez a los muertos
no haya que permitirles
cualquier atropello





14
una mosca monta a otra
sin dejar de batir sus alas
la noche es una mosca libidinosa
quiero dormir y te siento rondar
como un zumbido de tormenta
de insectos de luz y calor
yo sé que no fui bueno
los últimos años
me alcanza hoy
con que no rasgues mi cabeza
como quien escarba la tierra
para situar sus muertos


































15

después te morís, después
antes déjame que te vea
como se mira el mar
desde el muelle

no niegues que lo supiste
no habrías de ser
madre nunca
desde el útero nunca

un solo hombre te paseó
por los pasillos vacuos
del coito
donde te penetraron llagas
remedando espermas

no habrías de ser madre
con ese hombre lo supo
tu útero dentado

y aún así
fuiste madre
ahora que te veo hamacar
los paso de la tarde
encarnada en hijos de otras

criaste
mujer criadora
a todos los que te fueron
ordenados

asintiendo
toda la vida asintiendo
como asienten los barcos


anclados en un puerto









16
esta tarde amarilla
el viento mutila sombras

y te oigo
en sus gritos irreparables
te oigo

repetis la vez de los cañones
en las calles del barrio apuntando
a las puertas de las casa ¡eso es
Perón¡ decías una y otra vez

esta tarde amarilla
el viento mutila sombras

yo espero deje intacta
esa tu voz de sangre
brillando en el silencio


y sonando en el odio





























17
y un día
tu cuerpo ya no
te maduró palabras
y supe la historia muda
de tus manos
y de tus ojos
el lado fijo de toda despedida
y el color opaco de las tazas
también supe
y del azúcar
la dulzura y la temperatura justa
del agua
y la renguera eterna de la mesa
y la memoria detenida
concentrada temblando
en cada borde del espacio
supe
ese día
que te faltaba poco
para morir
pero que ya lo sabías
y era en vano
ponerte seria
te reíste de nosotros
hasta tu último rapto
de demencia
el mate hervido
era vaya a saber
qué venganza
los perros te meaban la cama
y vos decías que era tu orín
entonces
teníamos que guardarnos
el castigo en el estómago
porque qué le vas a hacer
ya está vieja
pero no
casi muerta sí
con Alzheimer si
pero que no te toquen los bichos
qué cosa la vida
cuando se va antes que llegue
la muerte
queda una transición
desquiciada
de hornallas abiertas
después te internamos y te moriste
aquel  desayuno el último
por cierto tuvo después
muchos significados pero
sólo uno importante
la muerte y el silencio
dan relieve a las cosas



18
la manzana se pudre
y aunque hay perdones
dando vueltas
nadie escucha
el ruido de la putrefacción










































19
yo
que te vi parir cadáveres de los ojos
para estrellar en las cosas
a un padre muerto
yo
como esos gorriones
que no aciertan a la ventana
para salir de la cocina
a la que han entrado
por pura desgracia
yo
que sepulté las ternuras
en el arenal de los agravios
machaqué mi lengua sobre las piedras
de una playa de abandono
para forjar palabras capaces de atravesar
la silueta fofa de tu desprecio
yo
haciendo barro para nadar
donde hubo agua cristalina
te desee la muerte
ahora
y siempre
ahora que mirás
al horizonte y me das
la espalda