no hay distancia
sin cuerpo
no hay cuerpo
sin sombra
sin sombra
no hay memoria.
1
ya tuve palabras
que oficiaron de bordes
que celebraron como
carnavalescas siluetas
estampas confusas
los días y los espacios
sin tener
siquiera algo
de mundo
parece que la muerte
y el silencio
dan relieve a las cosas.
2
el amanecer
es una duda
en la memoria del mundo
lo cierto es que ahogamos
en la noche sin bordes
lo que hará de nuestros cuerpos la luz
o la palabra inaugural del día.
3
callar
tú callar
rasguña el aire
hace supurar
las sombras.
4
la pura lascivia de un rostro aún sin mal
titila su audacia en un juego de pestañas y ojos
ensaliva las líneas de los labios los lame
un sorbo de tal ensueño
sana el salvajismo de ver
en las sombras de la pared
la noche
de masticar
el cuerpo en un gota de sudor
de oír el baile de una lengua
en el rebote de un caramelo entre los dientes
veo
alcanzo a ver un quejido
que deshace sus curvas como un caramelo
el rostro sigue burlando al infierno
mis manos rasgan la ciudad en la piel y temen
silenciar los ruegos de las heridas urbanas
se escuchan las burbujas de la condena
la sangre se apelotona en los miembros
morimos como suspiros
al borde de la redención.
6
dan miedo las sombras
mirándote
estás desnuda
nada ha de crecer
fuera de los límites
de tu respiración
lejanía
tu palidez de sal
tenés destino
tenés suerte
de chispa
clavándose en la noche
de poema
quemando el papel
de las palabras posibles.
7
hoy tendré párpados sicarios
que estrangularán la imagen de mí
penetrándote y al final
redundarán en promesas incumplidas
en zonas de aridez.
8
pido a la noche
un solo hecho:
trague y deshaga en su estómago
mi hambre de tu cuerpo
con este cuerpo indigerible.
9
llagas que arden
en las sombras el fuego
libera
el aire tiembla
como un cuero
secándose
esas chispas
volando a tientas
inscriben
en la noche corporal
el poema apenas balbuceado.
10
la lluvia clava puntos suspensivos
en todo lo que se deja ver esta mañana
incluso
el habla se inunda de reticencias
la humedad mancha las sombras
he aquí
un hombre que envejece
sus hechos jamás concluidos.
11
son un glaciar en deshielo
mis manos
un permanente remanso
mis dedos
persigo tu piel
tu árido cuerpo
que arrastra
su lengua de arcilla.
12
de ese cuerpo ríspido
queda en la carne
un lacerante irse
de los alrededores
allí hubo algo
allí mordió
algo que merece
sangrar memoria.
13
acecho los recuerdos
cerca una escarcha
fractura la noche
alguien golpea la puerta
por las grietas del invierno
toda la memoria huye.
14
dios carente de carne
de hambre y de alimento
enardece la llama
donde han de calcinarse
todas las pieles que tengo a mano
en el recuerdo.
15
a este odio voraz
de palabras dentadas
masticando las horas
no hay coraje que oponerle
a estos mordiscos
partiendo la carne del tiempo
con la misma alegría impune
del que muerde
en la sobremesa navideña
una nuez.
16
¿la muerte de quien
renueva la memoria?
recordar o encontrar
sombras en plena noche
17
cobarde siempre cobarde
¿cómo habré de despojarme
de las horas a solas
en los días por venir?
¿quién pudiera respirar
sin morir
fuera del aire
donde habita su cuerpo?
18
tergiversas la memoria
como el charco a la luna
y como el charco desprecias
el abrasador verano
y anhelas la primera helada
para fijar tus imaginarias sombras
sin cuerpos devenidas en recuerdos.
19
implacable espejo de arena
que erosiona los límites
de las sombras los reflejos
de la luz que cae como piedra
sobre los cuerpos
lapidando la distancia.
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