A VECES CIERTOS GRITOS DE PÁJAROS
posados en las frutas maduras
como tantos signos que hablan
de estaciones a recorrer o de nudos
a deshacer en la cabellera de los años
ciertos gritos de pájaros a veces
como si gritara lo que en ellos no sabe morir
se prolongan en la noche.
No que buscan un volumen esférico
en el que deslizar sus duelos.
No que buscan en lo redondo
lo que de la fruta madura se parece a la muerte.
No que al oído prudente del que vigila todo esto
escapa el orden que rige el sistema
ni que delante de tanto universo
cada grito aislado pudiera ser
confundido con el ruido que hizo la eternidad
cuando un sábado a la noche del mes de marzo
se fue de una habitación blanca
una madre de ojos negros.
Los frutos estaban maduros ese sabado.
Y maduro estaba también lo que no sabía quedarse
y se prolongaba en la noche.
Poema: Jean Portante
Canción: John Lennon
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